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matrimonio por bienes mancomunados

¿Cómo funcionan las deudas en matrimonios por bienes mancomunados?

En la mayoría de las telenovelas mexicanas el final biene acompañado de una boda, especialmente si la trama principal trató de una pareja conformada por un miembro de una familia adinerada y otro más de un origen más humilde (que puede o no descubrirse que en realidad también pertenecía a una familia rica).

El triunfo del bien sobre el mal, el amor que supera barreras y la promesa de una vida juntos son los ingredientes de los finales más entrañables, el “Y vivieron felices para siempre” que tanto anhelan. 

Sin embargo ¿Qué viene después de casarse? ¿Cómo se dividen los gastos si la pareja principal tiene un matrimonio por bienes mancomunados? ¿Realmente esta decisión es más importante que el lazo de afecto?

¿Qué es casarse por bienes mancomunados?

Un matrimonio por bienes mancomunados, también conocido como sociedad conyugal, implica que los cónyuges tienen derecho al 50% de los bienes adquiridos después de casarse, descartando del acuerdo cualquier cosa que cada uno tuviera antes de la unión.

Ahora bien, ¿qué es casarse por bienes mancomunados? Es simplemente decidir, al contraer matrimonio, que el pago y mantenimiento de las propiedades y deudas generadas después del acto nupcial serán responsabilidad de ambos cónyuges, salvo excepciones como herencias o bienes previos.

¿Qué es mejor, casarse por bienes mancomunados o separados?

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La decisión de casarse por bienes mancomunados o separados depende mucho del contexto y del nivel de confianza entre la pareja. Si optan por bienes separados, cada quien conserva la propiedad de lo que adquiere; incluso tras casarse, no hay participación del otro cónyuge en lo que compró. Esta opción brinda mayor autonomía financiera: puedes disponer de tus bienes sin necesidad del consentimiento del otro, reduciendo los riesgos por deudas ajenas.

Por otro lado, al casarse por bienes mancomunados, se comparte el patrimonio, lo que implica compartir beneficios y cargas. Por ejemplo, si ambos desean comprar una casa o afrontar proyectos juntos, el apoyo mutuo puede ser una ventaja. Pero también hay que considerar las ventajas y desventajas de casarse por bienes mancomunados: la colaboración financiera frente a la exposición ante compromisos ajenos.

Ventajas:

  • Transparencia financiera: Al tener ambos cónyuges derecho sobre los bienes adquiridos después de la celebración de su matrimonio, los dos están involucrados en las decisiones económicas y el reparto de responsabilidades. Además, al registrar un matrimonio por bienes mancomunados se evita que una de las dos partes de la pareja venda o hipoteque bienes sin el consentimiento del otro.
  • Facilidad para adquirir bienes: En ocasiones es más fácil que bancos e instituciones financieras otorguen créditos y préstamos a los matrimonios por bienes mancomunados dado que les brinda más seguridad de que se cumpla el pago de los mismos en tiempo y forma.
  • Protección del patrimonio: En caso de que uno de los cónyuges fallezca, el otro tiene derecho sobre los bienes adquiridos durante el matrimonio, ofreciendo seguridad financiera y protección a largo plazo. Por otro lado, si la pareja se divorcia, se llega a un acuerdo sobre el reparto de los bienes obtenidos durante el matrimonio.
  • Tus cosas siguen siendo tuyas: De acuerdo con la CONDUSEF (Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros), cualquier cuenta bancaria, propiedad o bien que tuvieras antes de tu matrimonio por bienes mancomunados sigue siendo tuya y no estás en la obligación de compartirlo con tu cónyuge a menos que así lo decidas.

Desventajas:

  • Responsabilidad compartirla: Al casarse por bienes mancomunados, ambos cónyuges son responsables por las deudas adquiridas durante el matrimonio y si uno de los dos adquiere deudas significativas, el otro podría ser también responsable de pagarlas, aún en caso de divorcio o viudez.
  • Menor autonomía financiera: En un matrimonio por bienes mancomunados, ambas partes deben estar de acuerdo en hacer cierta compra, venta o inversión, aún si uno de los dos tiene los medios para hacerlo de forma independiente.
  • Repartición equitativa en caso de divorcio: Si el matrimonio se disuelve, los bienes acumulados durante el tiempo que estuvieron casados se dividen por igual, lo que puede resultar en una pérdida significativa para el cónyuge que contribuyó más a la adquisición de dichos bienes.

¿Cómo se dividen las deudas y propiedades en matrimonios por bienes mancomunados?

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Si bien ya quedó claro que en al casarse por bienes mancomunados lo adquirido tras el matrimonio se considera común y pertenece a ambos al 50%, recuerda también que todo bien que hayas comprado antes de firmar el acta de matrimonio sigue siendo 100% tuya, aún si la sigues pagando después de casarte.

Por ejemplo, durante las etapas iniciales del noviazgo con tu pareja diste el enganche para pagar un departamento y adquiriste un crédito hipotecario para pagarlo en su totalidad, teniendo que cumplir con mensualidades para cubrir el monto otorgado para tu crédito.

Seguiste cumpliendo con los pagos durante un par de años, te comprometiste y te casaste, siguiendo pagando el crédito durante tu matrimonio sin pedirle apoyo a tu pareja para cubrir el pago. Aún en caso de divorcio, tu cónyuge no podría exigirte esa propiedad, ya que la pagaste en su totalidad. 

También, si recibes una herencia, esta no entra en el régimen del matrimonio por bienes mancomunados al ser un bien privado.

Una división similar ocurre con las deudas. Retomando el ejemplo del departamento y el crédito hipotecario, toda deuda adquirida antes de casarte es 100% responsabilidad tuya, tu cónyuge no está en la responsabilidad de ayudarte a cubrir ese pago.

Por otro lado, toda deuda que se genere durante el matrimonio debe (idealmente) compartirse de manera equitativa, a menos que dicha deuda se haya adquirido sin el consentimiento del otro cónyuge, por ejemplo, si tu pareja pide un crédito para comprar un automóvil, pero no te avisó.

En este caso, el pago del crédito corresponde en su totalidad a tu cónyuge. Ahora, si lo aprobaste, pero tu cónyuge no tiene la capacidad para pagar su parte correspondiente, es probable que tengas que cubrir la parte correspondiente a ambos.

Ahora, es probable que te preguntes “¿Puedo vender mi casa si estoy casado por bienes mancomunados?” ya que es una de las preguntas más comunes en estos casos.

La respuesta más sencilla es sí, pero depende del tipo de propiedad. Si la casa fue adquirida tras el matrimonio, es considerada bienes mancomunados, por lo que necesitas el consentimiento del otro cónyuge para venderla, ya que ambos son propietarios al 50%. 

En cambio, si la casa fue adquirida previamente y no está sujeta a excepción, podría ser propiedad individual y permitir mayor libertad. 

Cabe aclarar que las viviendas e incluso los enseres familiares pueden considerarse dentro del patrimonio común, según lo señalado por entidades como la CONDUSEF, lo que siempre es recomendable revisar las capitulaciones matrimoniales y el régimen acordado con un profesional.

En conclusión, por mucho amor que haya entre una pareja, es de suma importancia establecer las responsabilidades financieras dentro del matrimonio y llegar a un acuerdo común sobre si casarse por bienes mancomunados o separados tomando en cuenta aspectos como los objetivos personales, en conjunto, los ingresos económicos de para uno, etc.

Esta decisión es un voto de confianza que solo le corresponde a la pareja, si bien pueden pedir el consejo de un abogado, lo ideal es que no involucren a más personas como familiares o amigos en esta decisión, ya que puede crear un conflicto aún mayor.