La cultura mexicana no ve a la muerte como el final de un ciclo, sino como una continuación. Celebraciones como el Día de Muertos nos permiten celebrar ritos que nos ayudan a sentir cercano a aquellos que fallecieron, recordarlos con cariño y darles la bienvenida de vuelta a casa de forma simbólica.
Pero en el ámbito legal, el fallecimiento de una persona requiere de un proceso de sucesión testamentaria para asegurar el bienestar de los herederos del finado y una repartición justa de los bienes del mismo.
Conoce a continuación las características de la sucesión testamentaria y cómo llevarla a cabo correctamente.
¿Qué es un juicio de sucesión testamentaria?

El proceso de la sucesión testamentaria implica un juicio mediante el cual se reconoce legalmente la muerte de una persona (el testador) y se hace cumplir lo que dejó establecido en su testamento, para que sus herederos reciban los bienes, derechos y obligaciones que les correspondan.
Las características de la sucesión testamentaria incluyen:
- Que exista un testamento válido y reconocido legalmente.
- Que los herederos sean quienes el testador nombró, o que legalmente se les reconozca tal condición.
- Que haya un procedimiento formal (judicial o ante notario, según el caso) para inventariar bienes, pagar deudas y repartir lo que reste.
¿Qué necesitas para llevar a cabo un juicio de sucesión testamentaria?
Para iniciar este proceso, se requieren ciertos documentos e información, así como cumplir con algunos requisitos legales:
- Debe existir un testamento válido, que cumpla con los requisitos legales aplicables (firma, forma, fechas, etc.).
- Acta de defunción del testador registrada en el Registro Civil.
- Identificación oficial de los herederos.
- Actas de nacimiento de los herederos, para comprobar parentesco.
- Acta de matrimonio vigente (en caso de que el finado estuviera casado por bienes separados o mancomunados). Si el finado se había divorciado de su cónyuge, pero lo incluyó en el testamento como uno de sus herederos, su ex pareja debe presentar el acta de divorcio registrada y su identificación.
- El inventario de bienes del testador, incluyendo deudas y obligaciones.
Etapas de la sucesión testamentaria ante notario

Cuando el procedimiento se lleva ante un notario (o un juzgado, si las circunstancias lo requieren), las etapas de la sucesión testamentaria son:
- Apertura de la sucesión testamentaria: Se presenta el testamento ante la autoridad competente (el notario o el juzgado) y se recogen los documentos necesarios: acta de defunción, identificación de los herederos, actas de nacimiento, matrimonio, divorcio, etc.
- Determinación del albacea: El testador puede haber nombrado un albacea en el testamento, generalmente es una pareja o familiar. Si no, los herederos o la ley determinan quién será. El albacea administra el patrimonio hasta que se cierre la sucesión.
- Inventario y avalúo de bienes: Se detallan todas las posesiones, derechos y obligaciones del causante. Luego se les da un valor mediante peritos para saber calcular el patrimonio que va a repartirse.
- Liquidación de deudas y obligaciones: Antes de repartir los bienes, se deben pagar las deudas del testador: impuestos, obligaciones pendientes, etc. Estas deudas se pagan directamente de sus bienes, lo repartido entre los herederos es la diferencia después de la cobertura de los pagos pendientes. En caso de que la herencia no sea suficiente para saldar la deuda, esta se anula. Los herederos no están en la obligación de cubrir las deudas a menos que sea un adeudo conjunto. Por ejemplo, un matrimonio solicita un crédito para adquirir una casa, uno de los dos fallece, por lo que el cónyuge sobreviviente adquiere la responsabilidad total del pago del crédito.
- Partición o adjudicación de la herencia: Finalmente, la herencia se reparte entre según lo que dice el testamento. Si hay bienes inmuebles, se inscriben según corresponda en el Registro Público de la Propiedad.
En México, la expectativa de vida es de 73 años y se invita a los habitantes a redactar y registrar su testamento independientemente de su edad si es que ya son mayores de edad y son acreedores de bienes y propiedades, puesto que la repartición de bienes sin un testamento es posible, pero puede llevar a complicaciones posteriores por parte de los posibles herederos.
Cuando una persona fallece intestadas, se lleva a cabo un juicio de sucesión intestamentaria, cuyas etapas son similares a las de un proceso de sucesión testamentaria, aunque la repartición de bienes se da según el orden legal de los herederos.
Los primeros en tener derecho a la herencia son los hijos (en caso de tenerlos), seguidos por los cónyuges, en caso de haberse divorciado o morir soltero, la herencia puede repartirse a padres y abuelos, pero si ellos fallecieron también, hermanos, sobrinos y primos pueden reclamar la herencia.
Finalmente si el finado no tenía familia, los bienes pueden ser reclamados por el Estado, de ahí la importancia de contar con un testamento. No veas a este documento como un deseo de muerte o un presagio, sino como un problema menos para tus seres queridos que ya tendrán mucho encima con el duelo por tu fallecimiento.
Los bienes heredados no compensan la pérdida de alguien a quien se aprecia, pero guardan los recuerdos de quien los deja a sus herederos, lo que puede ser un consuelo ante la pérdida, además de que la justa repartición de los mismos puede brindarles los recursos necesarios para seguir estudiando y tener un ingreso fijo.