El auge del internet presentó nuevas oportunidades desde los años 90. Abrió canales de comunicación, comenzó industrias nuevas e incluso facilitó el acceso a la información. Sin embargo, junto con los beneficios llegaron también las oportunidades para criminales que utilizaron esta nueva herramienta para cometer distintos crímenes conocidos actualmente como delitos cibernéticos.
En México, combatir los ciberdelitos se ha convertido en una de las prioridades de las autoridades estatales y federales, pues vulneran la seguridad, privacidad y bienestar de personas de todas las edades.
Por ello, constantemente se llevan a cabo campañas de concientización sobre el uso correcto de las redes sociales, el cuidado de datos en línea y la detección de fraudes, pero además de comprender cómo operan, también es esencial saber qué autoridades están al frente de ponerles un alto para saber a quién acudir en caso de ser víctima de alguno de los diferentes tipos de delitos cibernéticos.
¿Qué son los delitos cibernéticos?
Los delitos cibernéticos son acciones ilícitas en las que se utilizan tecnologías de la información como internet, computadoras o dispositivos móviles para afectar la privacidad, integridad o patrimonio de las personas al robar su información personal, datos bancarios o utilizar los medios tecnológicos para atacar a las personas o difundir información sensible.
En México, desde 1999 existen disposiciones en el Código Penal Federal que sancionan algunas conductas como delitos cibernéticos, aunque no se ofrece una definición legal única y clara. Por ello, es común que ciertos comportamientos emergentes no estén plenamente tipificados, lo que dificulta su persecución.
Tipos de delitos cibernéticos

Los principales tipos de delitos cibernéticos en México incluyen:
- Acceso ilícito a sistemas y sabotaje informático: Entrada sin autorización a sistemas, alteración o destrucción de datos. Generalmente estos actos forman parte de redes de espionaje cibernético.
- Phishing, fraudes y robo de datos: Engaños digitales que buscan obtener información confidencial como contraseñas o datos bancarios.
- Violencia digital y ciberacoso: Consiste en utiliza medios como las redes sociales y chats para crear y divulgar contenido insultando e incitando el odio a personas específicas.
- Grooming: Es una forma de acoso sexual (generalmente de adultos a menores de edad) en el que se establece una relación de confianza a través de chats o redes sociales con el fin de conseguir favores sexuales de las víctimas.
- Delitos sexuales: Si bien el grooming entra dentro de esta denominación, la divulgación y consumo de pornografía infantil o grabaciones de actos sexuales que fueron filmados y compartidos sin la autorización de los involucrados son los principales representantes de este tipo de delitos.
- Delitos financieros tecnológicos: Fraudes electrónicos, falsificación de tarjetas, manipulación de sistemas bancarios o documentos electrónicos.
- Delitos relacionados con la privacidad y los datos personales: Uso indebido de datos sensibles, su comercio o explotación sin autorización, como el robo de identidad.
Según datos recientes del Instituto de Investigaciones Sociales, en 2023 el 34% de las empresas mexicanas reportaron haber sufrido algún ataque informático a pesar de las medidas de seguridad establecidas para proteger los datos de sus clientes. Estos ataques provocaron pérdidas superiores a $2,200 millones de pesos. Solo en el primer semestre de 2024 se registraron 31 mil millones de intentos de ciberdelitos en el país.
¿Cómo se castigan los delitos cibernéticos en México?

El castigo de los delitos cibernéticos en México está regulado por diversas normas dependiendo del delito:
- Código Penal Federal: Castiga delitos cibernéticos como el acceso ilícito a sistemas, uso indebido de comunicaciones privadas y ataques a los sistemas del Estado con penas que van desde 6 meses hasta 10 años en prisión unto con sanciones adicionales como multas y suspensiones profesionales dependiendo del delito.
- Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares: Suele enfocarse en el uso indebido de datos personales obtenidos a través de delitos cibernéticos como el phishing o el hackeo. Los criminales pueden enfrentar condenas de hasta 5 años de prisión por el manejo doloso de datos y multas equivalentes de 100 a 320,00 días de salario mínimo.
- Ley Olimpia: Esta ley condena la difusión no autorizada de contenido íntimo. Su impulsora, Olimpia Corral Melo, fue víctima de este delito. Actualmente la Ley Olimpia contempla sanciones de 3 a 6 años de prisión y multas que van desde 500 a 1,000 UMA (Unidades de Medida y Actualización) a todas las personas que cometan este ciberdelito. En el caso de que los implicados sean menores de edad, el contenido del video íntimo se considera también pornografía infantil, lo que puede añadir una condena de 7 a 12 años de prisión y de 800 a 2,000 días de multa de a cuerdo con el Artículo 202 del Código Penal Federal.
- Policía Cibernética de la Guardia Nacional: Esta unidad policial investiga, previene y atiende delitos cometidos a través de tecnologías digitales, principalmente el fraude, la suplantación de identidad y el ciberacoso, este último crimen puede acarrear una multa de varios cientos de UMA dependiendo de su gravedad, así como una condena de 3 a 6 años de prisión.
Algo importante que no debemos olvidar es que todos estamos expuestos a los delitos cibernéticos hasta cierto punto, por lo que la información acerca de cómo actúan es primordial para evitar incidentes en el futuro, especialmente si se está a cargo de una empresa o eres una persona que trabaje manejando una gran cantidad de información delicada, como registros médicos y bancarios.
Por otro lado, si bien las instituciones financieras tienen la responsabilidad civil de establecer medidas de seguridad que mitiguen la posibilidad de fraudes y otros tipos de delitos cibernéticos, los clientes también están en la obligación de no compartir sus datos personales e información delicada con ligereza.
Recuerda siempre comprobar le legitimidad de los sitios web que visitas, reportar a tu empresa correos o mensajes con contenidos sospechosos y de carácter urgente requiriendo un pago y comunicarte con las autoridades correspondientes en caso de estar recibiendo mensajes en tus redes sociales que atenten contra tu integridad física y mental.