En el ámbito de la Psicología existe una historia que busca explicar el seguimiento incondicional de las reglas, aún cuando las consecuencias sean desconocidas para los individuos.
Cinco monos son colocados en un cuarto, en medio de ellos hay una escalera y, sobre la misma, un racimo de plátanos. Siguiendo su instinto, los monos tratan del alcanzar la fruta, pero solo tocar la escalera son rociados con agua fría. Esto se repite hasta que los monos ya no se acercan a la escalera.
Un día, uno de los monos es reemplazado por uno nuevo, quien busca alcanzar los plátanos, siendo golpeado por sus compañeros, ya que se han acostumbrado a que al acercarse a la escalera, recibirán un baño de agua fría.
Poco a poco, los monos originales son reemplazados por monos nuevos, pero la regla permanece: no acercarse a la escalera, aunque estos nuevos monos nunca han sentido el dolor del agua fría.
Algo similar ocurre en el sistema de justicia, se establecen reglas para evitar delitos y castigos que sirven como consecuencias a los actos criminales, así como establecer un ejemplo para la sociedad de lo que puede pasarles si no siguen las reglas.
Una de estas medidas es la prisión preventiva, la cual tiene el principio de mantener en un mismo lugar a un posible criminal mientras se lleva a cabo una exhaustiva investigación para construir su caso y darle a los ciudadanos la seguridad de que una persona peligrosa ha sido controlada.
Sin embargo, cabe preguntarnos: ¿Realmente cumple con su propósito o su ejecución puede resultar más perjudicial que beneficiosa?
¿En qué consiste la prisión preventiva?

La prisión preventiva es una medida cautelar en el proceso penal que consiste en privar de la libertad al imputado mientras se investiga o se juzga el delito. Tiene como finalidad garantizar que la persona imputada comparezca al juicio, evitar la obstrucción de la investigación, o prevenir que cometa nuevos delitos.
Esta acción también se basa en el principio de presunción de inocencia: la prisión preventiva no es una sentencia, sino una medida temporal que debe estar justificada por razones objetivas.
Adicionalmente, la duración máxima de esta medida es de 2 años y debe quedar sin efecto una vez la sentencia se cumpla, aunque puede extenderse en caso de que el imputado retrase intencionalmente el proceso judicial por el que se aplicó la prisión preventiva en primer lugar.
LaConstitución de los Estados Unidos Mexicanosy el Código Nacional de Procedimientos Penalesregulan su uso, contemplando casos normales (justificada) y la prisión preventiva oficiosa, que se aplica automáticamente en ciertos delitos sin que el juez deba demostrar plenamente algunos riesgos procesales.
¿Cuándo se aplica la prisión preventiva?
Además de saber qué es prisión preventiva, saber cuándo se aplica esta medida es indispensable para defender los derechos de los acusados a los que se les imponga, pues esta medida no aplica en todas las situaciones.
La prisión preventiva se aplica directamente a delitos, por lo que faltas administrativas y/o conductas antisociales no ameritan esta práctica.
Por otro lado, entre los delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, según las reformas recientes al artículo 19 Constitucional y al catálogo correspondiente establecido por la Cámara de Diputados, se encuentran:
- Delincuencia organizada.
- Homicidio doloso y feminicidio.
- Violación, secuestro y trata de personas.
- Robo de casa habitación.
- Corrupción.
- Extorsión.
- Delitos relacionados con sustancias químicas esenciales, drogas sintéticas, fentanilo y sus derivados
- Delitos cometidos con armas de fuego y explosivos, entre otros.
- Fabricación y distribución de dinero falso (de comprobarse la implicación de los impugnados en este delito, la sentencia en prisión puede extenderse hasta 12 años)
Consecuencias de la prisión preventiva

Recientemente, se ha abierto un debate relacionado a la legalidad y necesidad de la prisión preventiva como parte de un proceso de investigación.
El Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana señala que, debido al endurecimiento de las penas y la aplicación automática de la prisión preventiva pueden llegar a generar un efecto adverso en el sistema de Derecho Penal.
Se ha señalado también por abogados penalistas que esta medida resulta, en varias ocasiones, ineficaz para los propósitos para los que se aplica. Entre las mayores preocupaciones de los expertos en Derecho Penal que están en contra de la prisión preventiva están:
- Privación inmediata de la libertad: Una persona acusada puede estar detenida meses o 2 años antes de que haya sentencia firme. En casos extremos como en los que se determina que los acusados bloquean intencionalmente el curso de la investigación del delito, su estancia en la prisión preventiva puede extenderse varios años.
- Violaciones a derechos humanos: Se ha señalado que la prisión preventiva oficiosa puede vulnerar la presunción de inocencia, el derecho a la libertad personal, al debido proceso y a un juicio justo.
- Impacto social y económico: Afecta más a personas que no tienen recursos para obtener garantía, enfrentar deficiencia de defensa, mantener vínculos familiares y laborales; aumenta la población carcelaria, genera costos al Estado.
- Retrasos judiciales: Puede perpetuar procesos largos si no hay revisión o si se alargan las audiencias, incluso cuando la demora no es culpa de la defensa.
- Saturación de las cárceles: Dado que los parámetros para implementar la prisión preventiva son muy bajos o no hay una razón justificada para ameritarla, muchas cárceles se están sobrecargando, lo que al mismo tiempo genera altos costos para el Estado.
- Pantalla de humo: En varias ocasiones se ha utilizado a la prisión preventiva para aparentar efectividad del sistema judicial y policial al tratar actividades delictivas.
¿Cómo evitar la prisión preventiva?
Además de la obvia opción de no cometer crímenes, en caso de ser acusado con justa o injusta razón de haber cometido delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, contar con un abogado experto en Derecho Penal que lleve a cabo las siguientes acciones puede ayudarte a evitar esta medida cautelar.
- Apelar por medidas cautelares alternativas no privativas de libertad que prevén el Código Nacional de Procedimientos Penales: presentación periódica ante autoridad, localizador electrónico, prohibición de acercarse a determinadas personas o lugares, suspensión de ciertas actividades, etc.
- Impugnar la prisión preventiva si no se cumplen los requisitos legales (por ejemplo si no se demuestra riesgo de fuga, si la acusación no está correctamente sustentada).
- Aprovechar la audiencia de revisión de medidas cautelares, la ley establece que si la prisión preventiva se extiende más allá de ciertos plazos, debe revisarse si procede liberación o cambiarla por otra medida.
- Insistir en que se aplique la prisión preventiva “justificada” donde el juez debe motivar y evaluar los riesgos en casos de delitos que no están incluidos en el catálogo de los que ameritan prisión preventiva oficiosa,
Esta medida cautelar tiene un gran impacto tanto para las personas acusadas como para el sistema judicial y la sociedad. Estar informado acerca de sus aplicaciones, consecuencias e implicaciones puede ayudar a promover un sistema penal más justo, lo que se traduce en una aplicación de justicia que verdaderamente procura los derechos de los implicados.